El dragón es una criatura de presencia milenaria en la cultura china, por lo que un año regido por este ser ostenta su tendencia a la buena suerte.
El Año Nuevo chino ha dado comienzo. Esta vez, según el horóscopo de ese país oriental, la criatura en turno es el dragón, un ser mitológico que domina el cielo y la tierra y cuya presencia ancestral data de los mismos textos sobre la creación. Por eso, no es de extrañar que exista una carga simbólica mucho más especial en los ciclos anuales regidos por el mítico ser alado. Pero, ¿por qué el año del dragón se considera de buena suerte? Te contamos lo que sabemos.
¿Qué significan los dragones para la cultura china?
Los dragones, según la cosmovisión china, son criaturas que sirven como símbolo del poder, la sabiduría y la fuerza. Si esto pareciera poco, la concepción de este país asiático los ve capaces de controlar elementos naturales.
La presencia de los dragones en la cultura china se manifiesta a través leyendas, fábulas, cuentos y proverbios, en los cuales se relata la grandeza de estas emblemática criaturas.
Y, aún más, se considera que el dragón desempeñó un papel clave en la consolidación del estado imperial chino. Esto, debido a que el nacimiento Han Gaozu, primer emperador, fue bendecido por la figura de un dragón.
¿Por qué el año del dragón es de buena suerte?
Según un artículo publicado en Smithsonian Magazine, de entre todas las criaturas que integran el horóscopo chino, el dragón es el más potente y deseado. Razón para lo anterior es que se dice los dragones cataliza todos los poderes de los otros animales y, por tanto, su supremacía se vislumbra.
La creencia de que los años del dragón son de buena suerte ha repercutido en la tasa de natalidad china, pues los padres prefieren que sus hijos nazcan en esos períodos a razón de las cualidades (valor, tenacidad e inteligencia) que iluminan a los individuos de esos tiempos.
Como punto final, se dice que quienes nacen bajo el influjo del dragón están más favorecidos para alcanzar el éxito. Sin embargo, el medio citado señala que aquí opera una profecía autocumplida, ya que los padres tienden a invertir más en la preparación y los cuidados de sus hijos nacidos en los días del dragón, porque la expectativa es mucha.
