Pacto de Mayo: los errores no forzados que decantaron en un nuevo naufragio del oficialismo

La decisión de Javier Milei de ponerle plazo al entendimiento terminó jugando en contra del Gobierno. Mientras la ley Bases se dilata, la calle gana calor. La foto premonitoria, el efecto Misiones y la pulseada en el Senado.

Javier Milei lo confirmó: el Pacto de Mayo es polvo en el viento. Podría firmarse en junio o en julio, pero ya no este mes. Peor aún, no es el sol de mayo lo que asoma, sino el medio aguinaldo. Y con él, el temor de las provincias a no poder pagarlo en tiempo y forma. En el entretanto, persiste la rebelión policial en Misiones y el miedo a un efecto contagio mantiene a los gobernadores en vilo. La pregunta se cae de madura: ¿cómo se llegó a semejante escenario en solo seis meses?

En primer lugar, el Presidente violó una máxima de la política: puso plazos. Bien lo sabe Mauricio Macri, cuyo postergado segundo semestre se convirtió en una entelequia.Informate más

Durante la inédita velada del 1 de marzo, Milei fijó ante el Congreso que el día para suscribir el acuerdo «refundacional» entre la Nación y los gobernadores sería el sábado 25 de mayo en la ciudad de Córdoba. Mal primer paso. Desde ese mismo instante, el reloj inició su marcha vertiginosa hasta desembocar en una foto que, si bien el oficialismo buscará dotarla de cierta épica, estará muy lejos de la imaginada en un principio.

Peor todavía, para suscribir el entendimiento, el mandatario fijó como condición sine qua non la aprobación de la ley Bases versión pocket. Ni siquiera el servicio de corte y lavado al que los jefes provinciales y legisladores sometieron al texto -aceptado a regañadientes por la Casa Rosada- alcanzó para llegar con los objetivos cumplidos en tiempo y forma. Se trató, en suma, de una apuesta por demás osada del Gobierno, teniendo en cuenta el naufragio colosal del texto original en el Congreso.

Y aunque en esta ocasión la administración libertaria calibró mejor la mira, tampoco tuvo éxito. Al menos por ahora, porque, tras la media sanción en Diputados, el Senado dilata los tiempos al ritmo de un peronismo que busca sumar voluntades mientras la temperatura sube en la calle. Afuera del palacio, los episodios misioneros encienden luces de alarma en los tableros de todos los espacios políticos. La revuelta, además, podría tener consecuencias en el tratamiento de la ley, ya que los dos senadores del oficialismo provincial serán clave para su aprobación.

Javier Milei, durante la apertura de sesiones ordinarias.

Javier Milei, durante la apertura de sesiones ordinarias.

Mariano Fuchila

El camino al fallido Pacto de Mayo y una foto premonitoria

Más allá de la convocatoria durante la apertura de sesiones ordinarias, el camino rumbo al Pacto de Mayo se inició de manera formal una semana después. El viernes 8 de marzo, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, recibieron a todos los gobernadores en la Casa Rosada. El cónclave buscó descomprimir tensiones tras un verano agitado y resetear el vínculo de las provincias con la gestión central.

Nación pretendía, además, que la reunión sirviera como piedra angular para firmar los 10 puntos planteados por Milei. Si bien el retorno del diálogo fue bien ponderado por parte de los mandatarios, la gestualidad de aquella noche pre otoñal no fue la mejor. Finalizado el encuentro, Francos brindó explicaciones a la prensa flanqueado por Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos). El primero rompió con Unión por la Patria (UP) y fundó su propio espacio en Diputados para votar la ley ómnibus original; el segundo es uno de los dirigentes de Juntos por el Cambio (JxC) más cercanos a las ideas de La Libertad Avanza (LLA).

Los gobernadores hacen valer su poder de fuego en el Senado.

Los gobernadores hacen valer su poder de fuego en el Senado.

Mariano Fuchila

En síntesis, nadie, por fuera de los números puestos, parecía querer jugársela demasiado. «Lo mismo de siempre: Ganancias a cambio de la ley Bases», había comentado en aquella ocasión a este medio un importante funcionario de una provincia peronista. Otras formas, misma fórmula.

No obstante, a diferencia del primer intento por aprobar el proyecto Bases, Milei optó por abocarse a otras tareas y dejó en el centro de la escena a Posse y Francos, quienes tallaron el articulado con las provincias, con esporádicos auxilios del asesor estrella Santiago Caputo.

Así, por ejemplo, el ministro del Interior recibió en su despacho a los diputados de Hacemos Coalición Federal, del PRO y de Innovación Federal, todos espacios clave, que terminaron otorgándole la luz verde al texto en la Cámara baja. El funcionario, además, se lanzó en un rally por las provincias para apuntalar los respaldos. Entre sus actividades, participó junto Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y el ya mencionado Frigerio del relanzamiento de la región centro.

En esa misma jornada, se reunió en Santiago del Estero con Gerardo Zamora. Posteriormente, visitó Misiones, donde se entrevistó con el gobernador Hugo Passalacqua y rubricó un acuerdo de gobernabilidad con el padre del oficialismo local, el todopoderoso Carlos Rovira. Por estas horas, varios prefieren hacer de cuenta que esa postal nunca existió. Francos incluso participó del cónclave que los intendentes de las principales ciudades del país animaron en Rosario, donde plantearon su preocupación por la quita de subsidios al transporte y el freno en la obra pública.

Guillermo Francos y Hugo Passalacqua se reunieron en abril en Misiones.

Guillermo Francos y Hugo Passalacqua se reunieron en abril en Misiones.

Al Gobierno ni siquiera le alcanzó con retener un apoyo con matices aunque sin fisuras de los 10 mandatarios de JxC. Tampoco los acercamientos esporádicos con las fuerzas provincialistas y los coqueteos con sectores díscolos del justicialismo.

En el campamento amarillo imperan aires de frustración e irritación. «Fue una desprolijidad. Tenían entre el 80% y el 85% de los gobernadores para ir y firmar», dijeron a Ámbito desde territorio cambiemita.

El entrerriano Frigerio explicitó al canal TN su malestar: «Yo lamento que no se haga este fin de semana, me hubiera gustado estar ahí y acompañar con mi firma el sentimiento de la mayoría de los entrerrianos. Son 10 enunciados que tienen que ver con el sentido común, no con lo ideológico. Es difícil no compartirlos». Este martes, el litoraleño se reunió con Francos para coordinar la asistencia por las inundaciones en la provincia.

Luz verde en Diputados y la pulseada en el Senado

Aunque la media sanción en Diputados fue un voto de confianza, las provincias hacen valer su poder de fuego en el Senado. En primer lugar, la liga Patagónica mantiene su intransigencia sobre el retorno de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) concentra las principales polémicas del articulado, junto la disputa cruzada por el capítulo tabacalero. Y la inclusión, entre gallos y medianoche, de la reforma laboral tampoco sumó al clima de concordia.

«Esperaba que tuvieran dificultades. Pensé que harían más política con lo aprendido en diputados. Es loco pensar que en una semana te dieran el sí a todos esos puntos», se sinceró un legislador dialoguista ante la consulta de este medio.

El Senado, la prueba de fuego para la ley Bases.

El Senado, la prueba de fuego para la ley Bases.

Foto: Senado.

Desde una provincia administrada por UP coincidían con esta postura: «Era algo bastante previsible. No había demasiada construcción de consensos casi con nadie como para que prosperara. Había un postura muy intransigente del Gobierno. Pareciera que en algunos momentos se sienta a negociar, pero en definitiva el Presidente siempre va destrozando las negociaciones».

«Más que un Pacto de Mayo, lo que había que hacer era, en principio, empezar a cumplir con la Constitución y con las leyes vigentes. A nosotros nos están retaceando recursos que nos corresponden por ley. ¿Qué pacto nos íbamos a sentar a firmar si no se estaba cumpliendo con los prexistentes? Era una cuestión bastante previsible», sacaban pecho desde la órbita de un gobernador celeste.

En la Cámara alta creen que se los subestimó. Incluso, algunas espadas legislativas consideran ofensivo que se les haya dispensado el mismo trato que a los diputados. «No somos una escribanía», llegaron a quejarse. La composición del recinto tampoco acompaña a los violetas. Con 33 de las 72 bancas, el peronismo es primera minoría. Solo cuatro votos más le bastarían para rechazar el proyecto.

Axel Kicillof y Maximiliano Pullaro refuerzan su alianza regional.

Axel Kicillof y Maximiliano Pullaro refuerzan su alianza regional.

De fondo, un hecho curioso. Javier Milei plantea su tesis: la casta es el mal y los gobernadores son casta. Ante ello, lanza su plan motosierra con especial saña contra las arcas provinciales. Como método de supervivencia, los mandamases refuerzan sus vínculos entre sí: se relanzan las regiones Centro y Patagonia, el Norte Grande reactiva su alianza estratégica y Axel Kicillof (Buenos Aires) tiende puentes con los cambiemitas «Nacho» Torres (Chubut) y Pullaro. Incluso comienzan a tejerse pactos paralelos entre las jurisdicciones.

Al calor de estos movimientos gregarios, Javier Milei observa y reafirma su tesis: los gobernadores son la castaSalir de ese círculo vicioso requerirá de gestos que por ahora brillan por su ausencia.

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