“Antes no teníamos nada”: la figura de la Selección femenina que cumplió su sueño de vivir del futbol

A sus 27 años, Aldana Cometti es una histórica de la Selección argentina de fútbol femeninoHace casi una década que viste la camiseta del conjunto nacional y ha atravesado todas las etapas de la disciplina: desde el amateurismo más profundo -y con mayores carencias- hasta este presente en el que el equipo llegará al Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 con un plantel de jugadoras profesionales.

Poder vivir del fútbol era uno de los sueños más profundos que tenía aquella Aldana que a los nueve años empezó a ir con una amiga a Excursionistas, uno de los pocos clubes de la Ciudad de Buenos Aires que tenía la disciplina para mujeres. En las prácticas, se mezclaba con compañeras que tenían más de 20 o, incluso, de 30 años, porque solo había un horario para todas.

Por esos tiempos, en paralelo, jugaba al hockey en GEBA. Era una actividad que hacía desde los cuatro años. Pero, en su adolescencia, se vio obligada a tomar una decisión. A pesar de que no había ninguna garantía de poder vivir del fútbol, la pasión pudo más.

Cuando Aldana tenía 14 años, un entrenador que había tenido en Excursionistas la llamó para participar de los Juegos Bonaerenses con Independiente. La experiencia se repitió en las ediciones siguientes y pronto llegó el llamado para integrar la Selección argentina Sub 17.

Ahí empecé a dedicarme solamente al fútbol. Dejé de jugar al hockey y me quedé en Independiente para poder seguir siendo convocada a la Selección”, recordó Cometti en diálogo con TN desde España, país en el que reside hace varios años y en el que actualmente juega en el Madrid CFF.

Las dificultades del fútbol amateur

Cuando Aldana Cometti jugaba en Independiente, aún faltaban varios años para que el fútbol femenino fuera semi-profesional en la Argentina. Entrenaba tan solo dos o tres veces por semana y llegaba hasta el predio de Villa Domínico luego de viajar más de dos horas y media en colectivo o en tren. Generalmente la acompañaba su mamá, Rosa.

Aldana Cometti con sus padres, sus fanáticos número 1. (Foto: Instagram @aldicometti)
Aldana Cometti con sus padres, sus fanáticos número 1. (Foto: Instagram @aldicometti)

“Obviamente, no había un sueldo, no había contratos ni nada. Nos daban la cancha que sobraba cuando no estaban los juveniles. Lo mismo con la ropa, las pelotas, los conos… Era todo muy precario”, recordó.

Tampoco existía la noción de “cuerpo técnico” o de “trabajo táctico” ni la preparación en el gimnasio. El equipo practicaba con un entrenador y un preparador físico que las hacían jugar durante una hora. A pesar de todos los contratiempos, la defensora seguía yendo: “Me fascinaba ir a entrenar, me apasionaba”.

Luego de su paso por Independiente, Cometti tuvo un breve ciclo en River y finalmente recaló en Boca, donde se destacó y empezó a pensar seriamente en que el fútbol podía convertirse en su trabajo.

“Luchaba y trabajaba para poder salir de la Argentina, porque yo creía que en el país en ese momento no se podía vivir del fútbol y que la única posibilidad era irme afuera, irme a España o a cualquier país de Europa”, recuerda. Y, como mujer, hace una aclaración: “¿Vivir del fútbol es posible? Sí ¿Salvarse? No, claro, es obvio”.

La Selección argentina se convirtió en una clave para ir en busca de ese objetivo: “Estar ahí me ayudó mucho a cambiar mi cabeza, a decir ‘Si yo quiero lograr grandes cosas, si yo quiero participar en un Mundial, necesito irme, necesito dedicarme 100% a esto’. De lo contrario, jamás iba a poder”.

El salto al exterior y la precariedad de la Selección

En 2016, Cometti se fue al Granada de España. El primer cambio grande que sintió fue que, por primera vez, estaba en un equipo que entrenaba todos los días. Luego de una temporada, volvió a Sudamérica para jugar en el Atlético Huila de Colombia, con el que posteriormente ganaría la Copa Libertadores en 2018.

“En Colombia el fútbol femenino era muy profesional: se entrenaba mucho y todos los días, se jugaban partidos importantes, la federación apoyaba económicamente y viajábamos por todo el país en avión, íbamos a hoteles, teníamos concentraciones. Además, el club me daba un departamento y para entrenar teníamos un gimnasio y todo lo necesario”, relató.

Pero, mientras la carrera de Aldana despegaba y se jerarquizaba en sus clubes, la Selección argentina estaba condenada al más profundo olvido. Entre 2015 y 2017 el equipo no tuvo entrenador ni competencias internacionales: no existió.

“No había una constancia, un proyecto. Fueron dos años y medio totalmente perdidos para jugadoras que capaz podíamos mejorar y participar en las convocatorias, pero no las teníamos”, lamentó la defensora.

La defensora jugó la Copa América 2022 en la que la Selección argentina consiguió el pasaje al Mundial. (Foto: Stefanía León - AFA)
La defensora jugó la Copa América 2022 en la que la Selección argentina consiguió el pasaje al Mundial. (Foto: Stefanía León – AFA)

En 2017, la AFA volvió a contratar como DT a Carlos Borrello, quien ya había estado al frente del equipo en los mundiales de 2003 y 2007. En ese momento se hizo una convocatoria para disputar unos amistosos como parte de la preparación de cara a la Copa América de 2018, que era clasificatoria para el Mundial de 2019.

Al llegar a los entrenamientos, las jugadoras advirtieron que “las condiciones eran muy precarias”, según relata la propia Cometti. “No teníamos absolutamente nada”, agrega. Por eso, decidieron hacer un paro y escribir una carta que hicieron pública para dar a conocer su situación. Esa denuncia y esa lucha fue el puntapié inicial para los cambios que luego llegarían en el fútbol femenino argentino.

Los cambios en el fútbol femenino argentino y las perspectivas para 2023

Aún con todas las carencias en su preparación, la Selección argentina se clasificó al Mundial de Francia 2019 luego de superar a Panamá en un repechaje. Con muchas jugadoras que aún eran amateurs, el equipo nacional hizo historia en aquel torneo: sumó sus dos primeros puntos en la historia de las Copas del Mundo femeninas tras empatar con Japón y Escocia.

“En ese Mundial había jugadoras que no eran profesionales y que jugaban en clubes que no tenían la exigencia que hay hoy: que no entrenaban todos los días, que no tenían médicos o kinesiólogos, que no trabajaban en buenas canchas”, señaló la jugadora que en aquel momento vestía la camiseta del Sevilla de España y que luego pasaría al Levante.

Por eso, para Cometti, el Mundial de Francia 2019 marcó un antes y un después para el fútbol femenino nacional. “Se empezó a profesionalizar en este momento”, sostuvo y destacó, entre otros hitos, los contratos que les permiten a las jugadoras vivir del deporte y la televisación de los partidos que le da visibilidad a la disciplina.

Cometti actualmente juega en el Madrid CFF de la primera división de España (Foto: Prensa Madrid CFF)
Cometti actualmente juega en el Madrid CFF de la primera división de España (Foto: Prensa Madrid CFF)

El escenario es muy diferente para esta Selección argentina que viajará al Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 con ilusiones renovadas. “Hoy estimo que ninguna llega siendo amateur, todas nos dedicamos casi al 100% al fútbol”, destacó, sin olvidar las diferencias que hay entre las que juegan en el exterior y las del medio local.

La defensora destacó la técnica de las jugadoras albicelestes, aunque reconoció que las falencias aún están en la parte física debido a la ventaja que sacan otros países por los años de trabajo que tienen encima. Además, hizo hincapié en la importancia de encontrar “el ADN futbolístico” que les intenta inculcar el entrenador Germán Portanova. Estos, desde su visión, serán los puntos a cuidar de cara a la gran cita de Oceanía, en la que la Selección compartirá el Grupo G con Italia, Sudáfrica y Suecia.

Confiada en el buen nivel que mostró el equipo en los amistosos de las últimas fechas FIFA (ganó cuatro de los últimos cinco), Cometti habla en voz alta del sueño que llevará en su valija en caso de ser citada: ganar el primer partido de la historia con la Selección argentina en un Mundial.

“Queremos marcar ese punto en la historia del fútbol femenino argentino y, a partir de ahí, crecer. Y si ganamos un partido, ¿Quién te quita pensar en pasar de ronda? Obviamente no podemos prometer ser campeonas del mundo porque es salirnos de la realidad, pero nadie nos puede quitar la ilusión de ir por todo”, sentenció.

Un diente por una victoria y el apoyo de la familia

En el debut de la Selección en el Mundial de Francia 2019 ante Japón, Cometti sufrió un duro golpe en el rostro a los 18 minutos del primer tiempo. La consecuencia fue bastante grave: perdió un diente. Pero poco le importó y, en una muestra de garra y fuerza descomunal, siguió en cancha para ser pieza fundamental en el ese empate 0-0 que le dio a la Argentina su primer punto en la historia de los mundiales femeninos.

La defensora perdió un diente en el debut de la Selección argentina en el Mundial de Francia 2019 ( REUTERS/Gonzalo Fuentes/File Photo)
La defensora perdió un diente en el debut de la Selección argentina en el Mundial de Francia 2019 ( REUTERS/Gonzalo Fuentes/File Photo)Por: REUTERS

Entonces, la pregunta a la defensora del Madrid CFF se cae de maduro: “¿Dejarías un diente en este Mundial por una victoria de Argentina?”. “Obvio, sin pensarlo. Dejo todos los dientes. ¡Que me hagan ‘el comedor’ de nuevo!”, responde entre risas, pero con firmeza.

Cometti tuvo una gran temporada en su equipo en la primera división de España: fue titular y sumó sólidos desempeños. Esto la ilusiona con estar entre las convocadas para jugar el que sería el segundo Mundial de su carrera. De ser llamada, su familia volverá a estar a su lado.

Rosa, su mamá, la misma que la acompañaba dos horas y media en el colectivo hasta los entrenamientos en Villa Domínico, ahora piensa en tomarse un avión hacia Nueva Zelanda: “Nos llamamos constantemente para ver el tema de los pasajes, los hoteles y qué hacer allá. Es que mi mamá se va. Aunque sea nadando, pero se va”.

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