Las tareas para reacondicionar la planta están suspendidas a la espera de definiciones desde Nación. Las partidas destinadas a su reactivación se envían a Neuquén, pero con el cambio de gestión aún no se definen autoridades clave para llevar adelante el plan.
Los atrasos que protagonizan las obras públicas en todo el país en la gestión de Javier Milei despiertan dudas sobre la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Arroyito. La Provincia de Neuquén recibe las partidas de Nación destinadas a su puesta en marcha. Sin embargo, las tareas de acondicionamiento no iniciaron este año, ya que no hay definiciones sobre las autoridades de la ENSI, empresa que opera la PIAP, lo que pone a la espera el proyecto.
Después de su parate en 2017 bajo la presidencia de Mauricio Macri, la planta ha recibido partidas destinadas a su mantenimiento y a los salarios de los trabajadores que quedaron contratados para este fin. En mayo del año pasado se firmó un contrato de reactivación de la planta, y con él, se iniciaron trabajos con el objetivo de poner en producción una de las dos líneas.
Para poner en contexto, la PIAP es la planta de agua pesada más grande del mundo, con capacidad para producir 200 toneladas anuales en sus dos líneas. Al haberse desactivado, se importan unas 15 toneladas anuales de este insumo para moderar y refrigerar reactores nucleares en las centrales Atucha I y II y Embalse.
En mayo del 2023, la intención de la reactivación de la PIAP se oficializó con un contrato entre Nación y la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI). De la firma participó el entonces ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y una comitiva del Gobierno provincial en transición, donde estuvo presente el actual gobernador Rolando Figueroa junto con el exmandatario, Omar Gutiérrez.
Allí se anunció la inversión que ronda los 20.000 millones de pesos desde Nación y apunta a realizar las tareas de acondicionamiento de las instalaciones para que en 25 meses esté operativa. Las partidas se destinan a ENSI, una sociedad establecida entre la CNEA y la Provincia de Neuquén, esta última con la mayoría accionaria. Desde Provincia se había comprometido una inversión de 1.000 millones de pesos en el presupuesto 2023.
Según indicó el ministro de Infraestructura de la Provincia, Rubén Etcheverri, las partidas de Nación vienen a «regañadientes», ya que el Gobierno provincial reclama todos los meses por ellas. Estas partidas alcanzan a cubrir el mantenimiento y los salarios de los trabajadores, mientras que «las tareas de acondicionamiento se encuentran a la espera de definiciones del Estado nacional«, explicó.
El Gobierno provincial envío notas a Nación para acelerar la definición de las autoridades de ENSI, que son elegidas por la CNEA y Provincia. Por eso, los convocó a una asamblea el próximo 3 de abril, con el objetivo no solo de tener los nuevos nombres que estarán a la cabeza de la empresa, sino también para revisar el plan de Nación para reactivar de la planta.
Desde Provincia aseguraron que hay potenciales interesados en invertir en otras producciones tales como fertilizantes de grado urea, pero al no contar con certezas desde Nación, no hay avances en este sentido.
Por eso, el futuro de la planta depende de la voluntad nacional. En el presupuesto 2024, estaba prevista una partida de 1.027.412.000 pesos destinada al “Apoyo a Reconstrucción de Edificios y Reacondicionamiento de Sistema de Climatización de la PIAP”. Sin embargo, con la prórroga del presupuesto 2023, deberían enviarse 1.027.411.516 pesos para la iniciativa, apenas 484 pesos menos que el previsto para el 2024.
Es decir, se debería mantener el mismo envío que el año pasado, en un contexto económico signado por una alta inflación, lo que se traduce en menos capacidad para afrontar los gastos de mantenimiento. Lo cierto es que, tras las consultas de este medio, no se obtuvo el detalle mensual sobre la partida de Nación tras el acuerdo.
«Se continúan desarrollando las tareas de conservación que fueron parte del contrato firmado en mayo 2023 entre CNEA y ENSI», aseguró Etcheverry. Pero, como ya se mencionó, las tareas de acondicionamiento previstas para este año no comenzaron, según expusieron desde la junta interna ATE-PIAP. «Provincia debe defender este proyecto«, señaló el secretario general, Nicolás Ventura.
La CNEA fue consultada por este medio sobre cuál es el presente de la reactivación de la planta, pero ante la espera de novedades sobre el cambio de autoridades, no brindaron precisiones sobre el proyecto.
De ponerse en marcha, la producción se destinaría a las dos centrales Atucha y a Embalse, que utiliza como combustible el uranio natural y requieren agua pesada para su mantenimiento y refrigeración. Hasta el fin de la vida útil de estas centrales, según datos de la presidenta de CNEA, Adriana Serquis, se necesitarían alrededor de 500 toneladas de agua pesada.
También estaba prevista la construcción de una tercera central del mismo tipo, Atucha III, que requeriría unas 600 toneladas de agua pesada para su puesta en operación. Sin embargo, se trata de un plan con algunos años encima y que no tiene novedades.
Ahora, la CNEA anunció avances en el ensamblado del reactor multipropósito RA-10. En Bariloche se fabricó el tanque reflector que contendrá el agua pesada que necesita para su operación. En total, requerirá unas 2,1 toneladas de agua pesada. Esta tecnología puede ser aplicada en tratamientos médicos o para la detección de enfermedades complejas.
Otro destino para el agua pesada es la exportación. En una entrevista radial, Serquis había expuesto que otros países se pusieron en contacto para adquirir este insumo para usos en la medicina o en industrias que la requieren en cantidades menores que una central nuclear.
Más allá de contar con potenciales destinos, hay incertidumbre en el plan que tiene Nación para las instalaciones. La reactivación de la PIAP estaría asegurado por el contrato firmado entre Nación y ENSI durante la gestión anterior, por lo que debería cumplirse, pero, por ahora, «no tenemos claridad hacia adelante«, marcó Ventura.
PIAP: tareas paradas y dudas sobre las contrataciones
El contrato celebrado en mayo parecía haber echado luz a la continuidad de trabajadores que están empleados para la conservación de la planta. A la vez, estaba prevista la contratación de unas 120 personas para las tareas de reacondicionamiento. Sin embargo, «no se comenzó a sumar personal. Hoy no es una prioridad teniendo en cuenta que ni siquiera estamos teniendo la garantía de los salarios«, indicó Ventura.
En la actualidad, otras 120 personas se ven afectadas ante la incertidumbre sobre el plan de la PIAP. Se trata de los empleados dedicados en su mayoría al mantenimiento. Según indicó el referente de la Junta Interna, ya enviaron dos notas al Gobierno provincial para reunirse y tener precisiones sobre qué se proyecta en las instalaciones de la planta, pero aún no tienen respuesta.
«Para este año estaba previsto contratar entre 115 y 120 personas para llevar adelante al reacondicionamiento. Pero la realidad es que en el contexto que estamos, lo vemos difícil. Obviamente, nosotros vamos a seguir sosteniendo que hay un contrato que se firmó y más allá del cambio de gobierno es un compromiso establecido«, aseguró Ventura.
Durante el gobierno anterior, la organización mantenía contacto directo con el ministerio de Economía de Nación. Ahora, con el cambio de gestión, esa comunicación se perdió, entonces se encauza solo por Provincia. Por eso, señaló que «nos interesa que el gobernador nos reciba para, por lo menos, tener claridad sobre cuál es la posición de la Provincia, porque es quien debe defender este proyecto».
Según indicaron desde el Gobierno provincial, tienen las mismas dudas sobre las proyecciones en la planta. Por eso, la reunión del 3 de abril debería brindar precisiones tanto a la gestión como a la Junta Interna.