Con el objetivo de modelar la sustentabilidad global, un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ordenó a una supercomputadora -la más grande de Australia para ese entonces- evaluar el crecimiento de la población a futuro. La respuesta que obtuvieron no solo contestó a su interrogante, sino que también dejó al descubierto cuándo sería el fin del mundo tal y como lo conocemos.
De acuerdo con Big Think, la predicción fue realizada gracias a World One, un programa creado originalmente por el pionero en informática Jay Forrester. Este software veía al mundo como un solo sistema, tanto así que el informe realizado a inicios de 1970 lo llamó “una visita guiada electrónica de nuestro comportamiento desde 1900 y hacia dónde nos llevará ese comportamiento”.
El grupo de investigadores había sido comisionado por el Club de Roma, una organización compuesta por científicos, pensadores, exjefes de estado y burócratas de la ONU. Su principal objetivo era, entonces, “promover la comprensión de los desafíos globales de la humanidad y proponer soluciones a través del análisis científico, la comunicación y la promoción”. El primer punto de inflexión para la humanidad, World One lo anticipó para el año 2020.
“Alrededor de 2020, la condición del planeta se vuelve muy crítica. Si no hacemos nada al respecto, la calidad de vida se reduce a cero. La contaminación se vuelve tan grave que comenzará a matar personas, lo que a su vez hará que la población disminuya, más abajo de lo que era en 1900″, señaló la emisora australiana ABC en su momento.
Aunque, de por sí, el panorama ya pintaba desolador para el año 2020, la predicción que realmente llamó la atención apuntaba a que entre 2040 y 2050 “la vida civilizada tal como la conocemos en este planeta dejará de existir”. Este colapso global sería, en parte, resultado de la expansión de la población y de la industria.
Los cálculos del programa se basaron, según el portal especializado citado anteriormente, en las tendencias en los niveles de contaminación, el crecimiento de la población, la finitud de los recursos naturales y la calidad de vida general de la Tierra.
Alexander King, entonces director del Banco Mundial y de la Organización de Desarrollo Económico de la ONU, y miembro de el Club de Roma, señaló en un reportaje para ABC que, para hacer frente a la sostenibilidad mundial, la única solución era lograr una cooperación entre todas las naciones.
“La soberanía de las naciones ya no es absoluta. Hay una disminución gradual de la soberanía, poco a poco. Incluso en las grandes naciones, esto sucederá”, dijo King al medio citado anteriormente.
¿Investigación engañosa?
Recién en el año 2018, la Australian Broadcasting Corporation (ABC) compartió parte de la cobertura televisiva original de la investigación del MIT. El rescate de los hallazgos puso nuevamente el debate alrededor de la precisión del estudio sobre la mesa.
Aunque algunos consideran que “Los límites del crecimiento”, como fue titulada la obra que nació después de la investigación, es uno de los documentos más importantes de la era, otros la tildaron de imprecisa, vacía y engañosa.
”’Los límites del crecimiento’, desde nuestro punto de vista, es una obra vacía y engañosa. Su imponente aparato de tecnología informática y jerga de sistemas toma suposiciones arbitrarias, las sacude y llega a conclusiones arbitrarias que suenan a ciencia”, señaló The New York Times varios años atrás.