El actual choque entre poderes es una encrucijada que sólo puede resolver la política
La avanzada para juicio político a la Corte Suprema, tan previsible como inevitable. El diagnóstico secreto de Macri. Nueva narrativa para año electoral y misión “horadar” de la comisión. Dilema para los “lilitos” y el temor al golpe por golpe. El máximo tribunal “jugó”. Los poderes representativos ante una disyuntiva que va a condicionar a futuros gobiernos.
El oficialismo no solo entra al año electoral para definir su propuesta en base a un adversario (un clásico desde la 125), sino que guarda expectativas en el proceso de juicio político en comisión, único escenario viable donde lo favorece la mayoría, número suficiente para buscar percutir a través del llamado de testigos y desplegar una estrategia de desgaste. Horadar y apostar por una deslegitimación social. Una vez echado a rodar, no importarán los motivos por los que persigue el enjuiciamiento, sino ir a la pesca de votos que, al menos en Diputados, les permita avanzar un casillero. Para eso, la narrativa a construir quedó plasmada en una simple palabra: “mafia” como antítesis de democracia. En la política de hoy, conceptos como la división de poderes y el republicanismo son los padres.
El enemigo común y la intifada son un factor de cohesión interna; la insurrección ante los poderes fácticos que habrían elegido a la Corte como garante de desigualdades, ayuda a construir un relato. Pero la palabra mafia también remite –de forma elegida o no- a los leitmotiv que animaba el macrismo cada vez que debía crear un enemigo social. Y por sobre todas las cosas, abreva en la memoria emotiva de la carrera política de Elisa Carrió, quien siempre buscó ser identificada como una cruzada contra las mafias perfectamente seleccionadas. La líder de la Coalición Cívica se cansó de denunciar y pedir la destitución del juez Ricardo Lorenzetti, a quien ha identificado con las peores prácticas. Macri tampoco lo tiene en estima y para Cristina fue el artífice de todas las desgracias judiciales que arreciaron en su contra aunque, a pesar de eso, el rafaelino encuentra oídos en la administración de Fernández. ¿Cómo votarán los “lilitos” si también Lorenzetti es puesto en la palestra? Es un misterio que para el kirchnerismo termina siendo oportuno exhibir. Un detalle. La presidenta de la comisión es la entrerriana Carolina Gaillard. El no acompañamiento del gobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet (junto a un buen número de mandatarios que por diversos motivos eligieron no participar de la firma del pedido de juicio político) no es un condicionante. Alberto Fernández fue el que propuso su inclusión en la lista de candidatos. Fue su profesor.
La Corte jugó fuerte a la política. Ocupó todos los espacios de poder que pudo y supo leer el mapa que los poderes representativos y sus desavenencias dejaron vacante para capturar posiciones y mostrar que desde la cúspide del Poder Judicial se podía gestionar. Su objetivo fue construir fortaleza con fallos para el interior del Poder Judicial pero terminó tensando la cuerda en su rol de “rector” del poder político. El foco de la nueva mayoría no estuvo como en otras épocas en el padrinazgo de Comodoro Py sino en fortalecerse en un escenario donde el Congreso y el Ejecutivo extraviaron la brújula. La descripción solo ilumina lo inevitable del actual conflicto, cuyas señales fueron inadvertidas pero funcionaron como una olla a presión.
¿Pudo haber descomprimido dejando pasar la jura del senador Martín Doñate con el resto de los consejeros? Es contrafáctico. ¿Pudo haber dejado languidecer la cautelar de Rodríguez Larreta otros dos años más? Hay expedientes en Corte que tocan “cajas” que tienen más de una década. La delicada cornisa por la que atraviesa la institucionalidad podría transformarse en un paisaje común de este 2023. El principal temor de ese diagnóstico es que todo sea golpe por golpe.
Es evidente que el resultado de esta pulseada debe encontrar un cauce en la política porque tendrá incidencia en las próximas administraciones. Cuando las placas tectónicas se reacomodan todo tiembla en la superficie. Con el poder pasa lo mismo.